GARBANZOS CON SEPIA

Ella ya no está, mientras los voy haciendo en la olla de barro lo pienso de nuevo, ella ya no está. Se me ha hecho tarde y seremos nueve para comer, hubiésemos sido diez. Lo más difícil es cortar la sepia porque para que esté más sabroso es mejor comprarla sucia, así que me niego a dejarme los dedos en las tijeras y elijo una buena navaja, mientras mis manos se llenan de tinta, olvidé como tantas veces ponerme los guantes,  mi vista da con la aceitera repleta de guindillas y ajos que está en la repisa de la ventana y recuerdo su voz mostrándome las de su cocina rellenas cada una con hierbas o especias de varios países y animándome a hacerlas. Creía en cada persona, o por lo menos a mí me levantaba siempre el espíritu. Viajaba mucho y nos cuidaba mucho a los amigos, mucho.

 Sus guisos siempre exquisitos, elaborados, distintos, sorprendentes, sus aperitivos mejor que un restaurante de cinco estrellas y no va de broma, la presentación única y los sabores buscados para enamorarte, para cerrar los ojos, aquello era un festín. Cada mañana el jengibre que pongo al té me la recuerda, ella me mostró ese uso. Ella ya no está.

Una mujer muy inteligente, emprendedora, una mujer con carácter que creó un colegio innovador, una mujer que te cuidaba sin darte cuenta, que difícil es eso, que te mimaba con sus platos, con sus palabras, con sus gestos, con su trabajo, con sus preguntas, su casa siempre abierta y su corazón hacia los demás, una mujer que se interesaba por ti, una mujer que su presencia se sentía, una mujer con mucha personalidad. Este año no tendré su postal de Navidad, nada de emails o wassap, papel,  bolígrafo, mucho cariño y originalidad, esas eran sus felicitaciones. 

Tocan al timbre, de milagro tengo los garbanzos con sepia a tiempo, van llegando de golpe, parece que se han puesto de acuerdo y todos sabemos que ella ya no está y nadie dice nada porque parece que su esencia flote entre todos nosotros y así esta comida la siento yo como un homenaje hacia ella, hacia la amistad, y el lugar en el que se sentó la última vez lo ocupa otra amiga y bebemos y brindamos sin decir el porqué del brindis, nadie sabe, nadie se atreve, sólo un "chin chin", sonreímos y en los postres mi hija quiere el cumpleaños feliz y de nadie es el cumpleaños pero lo hacemos y frivolizamos y sabemos. Sabemos que ella ya no está. Y me dan la enhorabuena por la "Sepia con garbanzos en salsa" mientras mi corazón piensa que ya nunca más oiré su voz, ya nunca más sentiré su presencia, ya nunca más la podré abrazar.

Oh, las ausencias, oh corazón como lloras las ausencias.

Y de pronto llueve y truena.

Y parece un milagro ya que llueve y truene

Y ayuda a que las ausencias encuentren su espacio.

Sí, su espacio.

Oh!!! las ausencias.

 

Ingredientes para 4 personas

3/4 kg de sepia fresca

250 gramos de garbanzos cocidos (yo prefiero cocerlos en casa)

200 gramos de tomate frito, 2 cebollas

1 pastilla de caldo de verdura Maggi

1/2 pimiento verde 1/2 pimiento rojo

3 dientes de ajo, 1 cucharada de pimentón

aceite, vinagre, sal

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Pica las cebollas , los pimientos  y 2 dientes de ajo, rehogarlo todo en aceite a fuego suave. Incorporar la sepia cortada en trozos regulares, el tomate y la pastilla de caldo desmenuzada, dejar cocer, tapado, hasta que la sepia esté tierna. Sazonarlo con sal.

Incorporar los garbanzos con parte de su caldo

Rehogar en aceite 1 diente de ajo muy picado, añadir el pimentón, vinagre al gusto y verterlo al guiso de sepia. Cocerlo unos minutos. Servir.

Y disfrutar