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sábado, 21 de febrero de 2015

 
OBESIDAD
Este fin de semana tenemos la oportunidad de escuchar la voz del Doctor Joan Quiles, Jefe de Sección de Educación para la Salud en la Dirección General de Salud Pública, Conselleria de Sanitat.  El Doctor Quiles es especialista en las materias de alimentación y nutrición,  a nivel estatal ha formado parte de las comisiones de trabajo para la Estrategia de Nutrición, Actividad Física y prevención de la Obesidad (EsNAOS).
En su blog ¡A tu salud! puedes encontrar información muy valiosa sobre estos temas, su objetivo no es más que analizar evidencias, compartir ideas y contagiar salud. Verás que siempre como telón de fondo pone la imagen de un simio, curioso, se me olvidó preguntarle el porqué, aunque puedo imaginarlo.
 
 ¿Son preocupantes los datos en nuestro país sobre la obesidad infantil?
La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves de este siglo. Es un problema mundial en el que paradójicamente convive con la desnutrición y el hambre y que en las últimas décadas va aumentado su prevalencia. Según la última investigación realizada en España para estimar la frecuencia de obesidad infantil, Estudio ALADINO de 2013, el exceso de peso en niños y niñas se sitúa en un 43% (24,6% con sobrepeso y el 18,4% con obesidad). Esto significa que casi un cuarto de la población infantil presenta sobrepeso y aproximadamente un quinto obesidad. Aquellos niños con sobrepeso en la etapa infantil tienen un mayor riesgo de padecer exceso de peso y otras patologías asociadas en el adulto. La obesidad en población infantil se asocia a distintos factores de riesgo como la diabetes tipo 2, la hipertensión, los trastornos del sueño y alteraciones del estado emocional.
 
¿Cómo afecta la relación entre la mala alimentación de los niños y la falta de conciliación laboral y familiar en España?
Durante mucho tiempo la convivencia familiar en el hogar, la proximidad al lugar de trabajo y los horarios conducían a tener establecidos los momentos alimentarios como momentos de reunión familiar y de transmisión de los valores gastronómicos, alimentarios y nutricionales de los individuos. La incorporación de la mujer al trabajo, las grandes distancias entre hogar y lugar de trabajo y la incompatibilidad de horarios ha influido en nuevas formas de relación con los momentos alimentarios con la consiguiente utilización de comedores colectivos, la realización de comidas rápidas o la práctica de comidas en solitario alteran pautas sociales de gran interés que se comparten alrededor de una mesa.

La falta de tiempo hace que la cultura culinaria merme en busca de fórmulas de ahorro de tiempo donde la planificación, la realización y el cocinado de alimentos pierde importancia en aras de simplemente satisfacer el hambre a base de cualquier alimento abusando en exceso de los platos listos para tomar o de alimentos transformados que suelen ser verdaderas “bombas” energéticas por el exceso de grasas, azúcares y sal que contienen.
 
¿No cree que también es un tema político la obesidad de los niños en España si vamos al fondo de la cuestión?
Hemos pasado de la precariedad alimentaria y utilizar los alimentos de nuestro alrededor por una verdadera “transición nutricional” con abundancia alimentaria, la globalización de los comercios y la superación de las necesidades alimentarias. El ser humano se ha adaptado a lo largo de la historia al hambre, tenemos un organismo genéticamente bien determinado para acumular el exceso de energía ingerida en forma de grasa, es decir para obtener reservas disponibles para las etapa de penuria pero en estos momentos hemos superado los problema colectivos de las hambrunas y esta eficiencia debemos controlarla mediante educación.
 Las responsabilidades políticas pasan por evitar las desigualdades sociales, proveer una adecuada educación y una efectiva disponibilidad alimentaria. El apoyo a la agricultura de proximidad, el uso de productos frescos y la concienciación de practicar una alimentación adecuada a la actividad física que realizamos debería ser un elemento educativo importante de nuestro sistema. Además deberían promoverse políticas de fomento de la actividad física como el fomento del transporte activo cotidiano creando mejores redes de carril-bici, limitando el uso de coches particulares, facilitando espacios municipales dónde poder realizar ejercicio físico son también medidas que ayudarían a compensar el consumo y el gasto de energía.
 
 ¿Cree que en los comedores de los colegios hay una alimentación equilibrada?
Los comedores escolares suponen un lugar de especial preocupación para la mayoría de las instituciones, en referencia a la calidad alimentaria que en ellas se oferta a los escolares. A nivel estatal se realizó un consenso sobre la disponibilidad alimentaria que debería proveerse en estos lugares. A nivel de nuestro ámbito existen directrices tanto para la seguridad alimentaria como para la calidad nutricional de los comedores que son de obligado cumplimiento para los centros públicos y concertados. Podemos asegurar que desde la aparición de esta directrices (2007-08) se ha mejorado en el equilibrio alimentario de la ofertas realizadas si bien aún queda margen de progresión y corrección de algunos errores como son la excesiva presencia de carnes, fritos y productos transformados en las mismas, y conseguir que la presencia de verduras y frutas sea cotidiana.
 En cualquier caso hemos de tener en consideración que la calidad alimentaria de la dieta del escolar debe ser compartida entre el hogar y la escuela y que la mayor carga de responsabilidad es de la familia que prepara cuatro (desayuno, almuerzo, merienda y cena) de las cinco comidas diarias que realiza. A lo largo de un año natural el número de comidas realizadas en los comedores escolares no suponen más de un 15% del total de comidas realizadas.
 
¿Qué opinión le merece que se quiten los comedores de los colegios y los niños tengan que llevar fiambrera?
Los comedores han sido siempre una medida social para hacer posible la compatibilidad de horarios entre los hogares cuando trabajan ambos progenitores y los escolares y su formación. Veo difícil la suspensión del servicio de comedores escolares. Otra cuestión son las ayudas económicas (becas de comedor) y la habilitación de las posibilidades de utilización de fiambreras. Para su uso efectivo deben resolverse algunas consideraciones básicas como la formación de madres y padres para que no acaben ofreciendo la comida de más fácil elaboración para todos los días (bocadillos) u ofrecer aquellos alimentos de mayor dejen de ofrecer verdura y fruta fresca; la dotación de un sistema de refrigeración y posterior sistema de calentamiento de los platos (¿cuántos microondas para calentar comidas serían necesarios?;
¿Serán los escolares instruidos y supervisados para actuar con adecuadas medidas higiénico sanitarias?
o ¿quién y cuándo se limpiarán los enseres utilizados en la comida?
¿Qué añadiría usted a la dieta actual de los niños y que quitaría? La dieta actual de los escolares presenta algunos problemas, muchas veces compartidos con los adultos, que deben ser corregidos. Debemos aumentar la presencia diaria de fruta y de verdura; la recuperación de las legumbres, al menos dos platos cada semana; la presencia de pescado, dos tres veces por semana y dejar el agua como la fuente principal de bebida. Evitar o quitar los alimentos ricos en azúcares, refrescos azucarados, zumos, bollería industrial, salsas comerciales y comidas preparadas para cocinar y “listas para servir”.
¿Algún consejo en especial a las madres y a los padres?
La alimentación es una necesidad que debemos procurar de forma adecuada para que de ella podamos obtener todas las ventajas en salud que se derivan. Corregir errores y procurar una alimentación equilibrada y saludable es uno de los grandes bienes que podemos ofrecer a nuestros hijos. Los alimentos saludables deben estar cotidianamente presentes en la meso de los escolares aunque no los coman de inicio, es muy importante que se familiaricen con todos los alimentos sobre todo los de origen vegetal para que en un futuro los acepten con total normalidad.  Pero no sólo hemos de poner en su plato salud sino que hemos de ser capaces de transmitirles los valores positivos que comporta saber organizar menús, obtener alimentos, cocinarlos y comer platos que cubran sus necesidades y que además ayuden a la sostenibilidad del planeta y a ejercer una adecuada soberanía alimentaria.
 


 
 
 
 
 
 

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