TRANSILVANIA

Parece un rascacielos de tantos pisos que tiene y tan apretaditos, te asustas cuando recibes una entera o incluso media, ¿qué hago yo con ella?, de pequeña nunca me gustó, ya muy de adulta comenzó mi paladar a acostumbrarse poniéndola a hervir con patatas, luego lo picaba todo y añadía unas gotas de limón.

Fue Dani,  el comprometido y uno de los pocos varones de nuestro Grupo de Consumo,  el que me salvó de mi ignorancia cuando vio mi cara de susto con media col en mi mano, "en mi país la cortan muy fina y le añaden sal, pimienta y aceite y con las manos lo mezclan todo bien",  la misma noche la probé y me pareció deliciosa, un cuenco entero me comí yo solita, añadió al día siguiente que se le había olvidado decir que también vinagre pero lo hice y yo me quedo con la primera prueba. Su abuela incorpora a veces trozo finos de manzana y/o de zanahoria, tengo que decir que creo que es importante lo de la mezcla con las manos, lo he hecho con tenedor y cuchara y no me supo igual. Gracias manos, muchas gracias.

 Pero ahí no se queda la cosa porque nos vamos de la mano de Dani a una parte de su país, nos vamos a Cluj, la capital histórica de Transilvania, allí rememoramos todas las películas que hemos visto sobre el Conde Drácula y nos agenciamos una col, carne picada, una cebolla, un pimiento rojo, pimentón dulce, arroz, tomate frito, comino, pimienta, sal y aceite de oliva y manos a la obra para cocinar Col a la Cluj, una receta que quién sabe si la comió el famoso conde. No lo pienses mucho, son ingredientes que se suelen tener en casa o que son fáciles de comprar.

Gracias Dani por toda la información ya te contaré cómo me queda.

Está bien esto del Grupo de Consumo, entre otras cosas  te ayuda a hacerte amiga de esos alimentos que no acababas de aceptar gracias a las sugerencias que nos hacemos espontáneamente.

 Ahora a probar la Col a la Cluj de Rumanía.

Por supuesto os contaré qué ha dicho mi paladar.

Estoy segura de que no me defraudará.

A disfrutarla