EROTISMO

Este año se ha lanzado, hay cuatro y una de ellas ya se ha abierto. Duran poco, son simples, perfectas, únicas, sorprendentes. A esta planta yo le llamo la madre, esta conmigo por lo menos 13 años, me pasó un esqueje una amiga, lo planté en mi pequeña terraza, encontró su lugar y desde entonces crece y crece, ya corté de nuevo y volví a  plantar, así que tengo a la madre y a la hija, la primera gana en fertilidad pero la segunda no se queda corta en grandiosidad; ambas tienen hijos que están en buenas manos por ahí. Todos el mundo se asombra cuando admira esta flor y al mismo tiempo sonríe pícaramente, es inevitable, les da el punto gracioso del día. A mí más que gracioso me parece un milagro, y es que toda la naturaleza me lo parece, el color que da la remolacha al rallarla es mi preferido y me parece otro milagro mirar mis dedos impregnados de ese violáceo rosado cada vez que me pongo manos a la obra. No sé el porqué hoy de estas palabras, tal vez la necesidad de mostrar esta flor, o tal vez recordar que ya ha regresado la remolacha a la cesta de verduras, no sé, pero aprovecho para recordarte que ya se acaba el curso, pronto vendrán los días de asueto, la apacible brisa de la mañana, las tardes en el mar esperando el color rojizo en el horizonte o la siesta en la montaña con el rumor de algún paso por la calle o acaso la ciudad con las cortinas echadas del salón, ¡¡¡quién sabe!!, pongamos en todos los momentos unas buenas ensaladas de frutas y disfrutemos de los sabores y los colores, disfrutemos de su erotismo. ¿Por qué no?, un elemento más que nos da la vida, un elemento más.