RESPETO

Escuchaba hace poco, ya no sé muy bien dónde, cómo un indígena explicaba ante la cámara que el maíz es rico de por sí, es un milagro, hay que mimarlo, cuidarlo, que no nos damos cuenta del tesoro que tenemos, plantamos la semilla y nos da de comer, que tenerlo en la mano es un prodigio, que esa semilla dará su fruto y luego otro fruto y así generaciones y generaciones podrán crecer y habitar la Tierra; por el contrario el valor que le damos a un diamante de qué sirve, lo plantas en la tierra y se queda ahí para siempre, durmiendo, muerto, ausente, sin crecer. ¡Qué pena que no encuentre el vídeo!. La forma, el sosiego, la quietud con que este anciano comunicaba esta historia incitaba a la Reflexión, con mayúscula.
De pronto otro día me pongo a pelar nueces con mi hija y siento volver a algo ancestral, entra el hada de la calma, las prisas se apartan, nos contamos cosas, compartimos el silencio, un duende hace desaparecer enchufes,cables y pantallas, aparecen el sosiego y las sonrisas, la risa, las confesiones, el acercamiento, y es que los frutos de la tierra en nuestras manos nos transforman. Me he prometido comprar muy pocas veces nueces peladas. Ojalá pronto recuperemos unos buenos frutos secos en nuestro grupo de consumo, que por cierto.... ha aumentado su número. BIEN!!!
Así que valgan estas dos minúsculas historias para ver con otros ojos cada verdura, hortaliza o fruto que caiga en nuestras manos, cada cuál como quiera ...yo cada vez con más respeto.
Au revoir y....... buen fin de semana