MANCHEGOS

Estas fechas son traicioneras por las personas que ya nos dejaron, en esos momentos hay que recordar lo que nos amaron y lo que nos enseñaron, por lo menos esa receta me va bien a mí. Las enseñanzas de valores que no se olviden por favor, las otras, que parecen tan simples cuando aún está la persona, adquieren una riqueza especial con su ausencia. Las manos de nuestras madres, tan limitadas a la fuerza para los quehaceres intelectuales en aquella época, se volcaban con las harinas, los caldos, los huevos, las carnes y algún que otro manjar para las festividades. En casa ya hicimos las pelotas navideñas, este año salieron 204, y cuando amaso junto al resto de familia aún veo las manos de mi madre cuando nos enseñaba y su forma de apretar la mezcla hasta conseguir una bola perfecta. Ahora discutimos sobre el tamaño, hay distintas opiniones y así lo pasamos mejor. Creo que se transmitirá de generación en generación. Hace unos días me mandaron una foto de los manchegos que ha hecho con 92 años Concha para Navidad, y yo me digo que eso son ganas y energía y lo demás tonterías. Imagino que su hija tendrá la receta bien apuntada porque sino se perdería un gran manjar, yo lo sé. Así entre masas, aromas, vapores y cazuelas también hay historias y muchas que no hay que olvidar, que no os pase como a mí con las famosas croquetas de mi madre. Nunca me lo perdonaré. 

Au revoir..........y que no nos vuelva loca la Navidad.