VEINTIOCHO

Si la razón está bien, pero que muy bien, de todos modos digo yo que la sabiduría de los campesinos sobre en qué luna hay que plantar los ajos y otros menesteres quién no se la crea después de ver esta imagen allá él. La mar y sus mareas, la sangre de las mujeres, la medida del tiempo que los hombres han inventado, los sonidos de los bosques al anochecer, y tantos otros asuntos giran alrededor de ella. ¿Qué sería de nosotros sin nuestra intuición y sin estos fenómenos naturales que nos hacen recordar por un momento que formamos parte del universo? Parar nuestras máquinas calculadoras, nuestras ocho horas de trabajo, nuestras responsabilidades y mirar hacia fuera. Esto es de verdad, existe, lo otro.... una invención de la humanidad. Recuerdo mi lenguaje hacia el monte muchas noches, diría que lo echo de menos, tumbada en el tronco de un árbol y rodeada de un perro y tres gatos, mirándola a ella. Era muy joven, vivía en una isla. Aquello puede que no me diese un futuro asegurado pero sí me daba el sentimiento de formar parte de un Todo, me daba alegría, fuerza, serenidad, incluso un sentido. Es mucho decir. Ahora, cuando esto se me olvida al vivir lejos de la naturaleza y vienen días especiales como el de hoy, me obligo a salir de las cuatro paredes que hemos creado de hogar, doy gracias por él,  y  gozar de lo que parece un milagro, la vida misma y los enigmas tan hermosos que le rodean.
Aunque parece que el hombre siempre quiere que haya una  razón. La necesita. Llámese conquista.
¿Comer hoy?, veremos cómo son los frutos dentro de 28 días, mientras tanto hoy respiremos belleza natural extraordinaria, alimento que nunca hay que rechazar, es escaso.
Au revoir...........nos vemos al salir la noche.